Desde la llegada al poder en el año 2014, el actual gobierno indio, busca el desarrollo de su economía a través de la captación de inversión extranjera en su país. Su objetivo es convertir a India en la “fábrica del mundo”, atrayendo proyectos que busquen el su desarrollo en India tanto para abastecer la demanda nacional como para convertirse en una plataforma de suministro a Asia-Pacífico. India busca invertir un 10% de su PIB en el desarrollo de infraestructuras, atracción de la inversión extranjera, desarrollo de tecnología propia y el fomento de la demanda interna.