Vamos a intentar, a través de dos post, dar respuestas a estas preguntas de la forma más clara y didáctica posible.
Respecto a la primera pregunta de cuando es necesario una implantación exterior en el proceso de internacionalización de una Pyme, tenemos que tener en cuenta diversas cuestiones.
Es trascendental, en primer lugar, evaluar la tipología de la empresa en una primera clasificación referida a si esa empresa es productora de bienes o prestataria de servicios.
En el primer caso nos encontramos con lo que podemos calificar como una empresa exportadora tradicional que produce un bien en origen y vende en destino. En la mayoría de estos casos la implantación exterior se produce en estados muy avanzado de los procesos de internacionalización. Cuando la empresa está muy consolidada como empresa exportadora y, a veces, nunca. Hay muchas empresas que exportan regularmente y a muchos mercados, que tienen, incluso, la mayor parte de su facturación en mercados exteriores y cuyos procesos de comercialización exterior está basado en importadores y distribuidores en destino y que no necesitan un proceso de implantación. Este caso es bastante habitual en empresas exportadoras de bienes de consumo y podemos poner como ejemplo al sector agroalimentario. Sólo en algunos mercados en los que estas empresas alcanzan cuotas importantes de más de dos dígitos y lideran las ventas en su sector y si el tamaño del mercado es muy importante, se puede plantear una implantación comercial, que elimine al importador local y aumente la cadena de valor de la empresa exportadora en ese mercado.
También entre estas empresas exportadoras tradicionales podemos encontrarnos empresas productoras de bienes de equipo. En estos casos, el servicio post-venta y de mantenimiento de los equipos exportados si puede, según los casos, justificar una implantación comercial de forma más prematura, o incluso, inicial, en la medida que ese servicio sea capital para la competitividad de nuestro producto y no se pueda concertar con empresas locales con garantías de éxito.
En el segundo caso, en las empresas de servicios, la casuística más común es que la implantación exterior sea más necesaria en etapas más prematuras de penetración en un mercado. La razón principal es que los servicios se prestan por recursos humanos y, salvo sectores como las Tecnologías de la Información y las telecomunicaciones (TIC´s) cuyos servicios e prestan a través de la Red y hay cultura de no presencia, la cercanía al cliente de dichos recursos es esencial. Además, muchos de esos servicios requieren de personal cualificado que, a su vez, tienen que estar acreditados o calificados en el mercado de destino. En post posteriores veremos que estas implantaciones tienen características muy específicas.
La decisión de implantarse en el exterior tiene su momento y hay que elegirlo bien según los casos, entre otras cosas, porque es una acción exterior de alta intensidad inversora. Por ello, además de elegir bien el momento, tenemos que elegir bien la forma de implantarnos (implantación productiva, comercial o ambas, con socio local o no, comprando una empresa local o no, etc.), de todo ellos hablaremos en el próximo post.
Mientras, para las empresas andaluzas que están pensando en implantarse en el exterior, no podemos dejar de mencionar dos programas de EXTENDA, la Agencia de Promoción Exterior de Andalucía, que le va a servir de mucho para aclarar estas dudas:
Para aquellas empresas que aún no tiene su modelo de implantación:
Autor del artículo: Juan Andrés Haurie / Globoempresa